
El mundo de los cerramientos en los proyectos de interiorismo, desde aquellos primeros cerramientos en aluminio, altamente antiestéticos y con apenas aislamiento térmico y acústico, el sector ha evolucionado a pasos agigantados. Una vez superados estos inconvenientes funcionales, así como la necesidad estética de superponer una persiana o cortina para mayor intimidad, el cristal se ha convertido en el material de cerramiento definitivo.
Asimismo, la falta de resistencia al impacto tampoco es ya es un problema. Actualmente, el cristal se fabrica con la superposición de varias láminas unidas por diferentes materiales transparentes que lo hacen prácticamente irrompible. Es el llamado cristal laminar, cuya durabilidad e inmutabilidad son incuestionables.
Revolución térmica y acústica
Una de las mayores revoluciones en la transformación del cristal ha sido el llenado de gas Argón, mejorando notablemente sus características como aislante térmico y acústico.
Hasta ahora, la cámara hueca que dejamos entre las láminas interiores y exteriores del vidrio estaba llena simplemente de aire. Sin embargo, ahora contamos en el mercado con cristales llenos de Argón. Este gas, al ser más denso que la atmósfera, brinda un excelente aislamiento térmico. Además, al trabajar durante el verano y el invierno para mantener los interiores aislados de las temperaturas exteriores, se consigue una mayor eficiencia energética, pudiéndose reducir el valor de K en más de 0,3 w/mKº.
Asimismo, el asilamiento acústico también ha mejorado hasta los 5 decibelios. Sus ventajas no terminan aquí, ya que se trata también de un gas incoloro y no tóxico para las temperaturas habituales y es estable a la acción de las radiaciones UV.
Cuestión de intimidad
Otro de los grandes pasos que se ha conseguido ha sido el de mejorar la opacidad del cristal a voluntad para una mayor intimidad, sin necesidad de suponer cortinas o persianas.
Gracias a los “vidrios inteligentes” podemos graduar el nivel de transparencia del cristal a voluntad, destacando entre ellos el vidrio electrocrómico, que pierde transparencia cuando se le aplica una corriente eléctrica; el vidrio fotocrómico, cuando incide sobre él luz intensa; el termocrómico, que hace lo propio con aumentos y disminuciones de la temperatura; el de partículas suspendidas (SPD) y el de cristal líquido.
El vidrio electrocrómico, el más
extendido de todos ellos, está compuesto por siete capas
de diferentes materiales. Las dos más exteriores son de
vidrio o plástico transparente, y son las que dan a la
ventana las cualidades de resistencia y aislamiento
térmico y acústico. Las dos capas siguientes están
hechas de un material conductor transparente y están
conectadas a la corriente eléctrica. Entre ellas, se
encuentran las tres capas centrales, cuya combinación de
materiales produce la reacción química que hace
oscurecer a la ventana cuando se le aplica tensión
eléctrica. Por un lado, una de ellas está compuesta por
un material electrocrómico. El más
habitual es el trióxido de wolframio (WO3), cuyas
propiedades fueron descubiertas por Deb en 1969, aunque
también hay otros materiales electrocrómicos de carácter
orgánico, como la polianilina, y de carácter inorgánico,
como el V2O5 y el MoO3. Otra capa es el
contraelectrodo, capaz de almacenar
iones y que suele ser un polímero conductor o un óxido
metálico, como el óxido de níquel. Entre la capa
electrocrómica y el contraelectrodo está la capa más
central de todas, que es un material
conductor iónico como una disolución
electrolítica o un electrolito sólido.
Versatilidad
Otra de las ventajas del cristal es, sin duda, su versatilidad y sentido estético. Atrás quedaron los perfiles verticales de aluminio u otros materiales, permitiendo en la actualidad espacios con una visión panorámica del exterior, sin barreras visuales. Además la elevada inversión en I+D+I de los fabricantes ha facilitado la instalación de cristal prácticamente sobre cualquier superficie, ángulos, curvaturas y, por supuesto, de cualquier altura.
El sistema de apertura de estos cerramientos sin perfiles también ha mejorado ostensiblemente, llegando hoy en día a conseguir una apertura prácticamente total del espacio acristalado.
Fuente: Arquitectura y empresa
Fotos: www.architizer.com, www.glassmagazine.com, www.nature.com